Los peritos médicos requieren ser explicados con calma a la población. En los accidentes de tráfico, tradicionalmente, los peritos médicos actuaban solo en nombre de la aseguradora. Ello causaba casi siempre un cierto malestar en los pacientes accidentados, ya que no podían dejar de interpretar que la actuación pericial era en este caso juez y parte, árbitro y goleador al mismo tiempo. Los peritos médicos valoraban al paciente, decían qué secuelas había padecido, cuantificaban la disfuncionalidad que le provocaban y en base a eso se establecía la indemnización que debía pagar la aseguradora. Es decir (sin dudar de la ética profesional de nadie) la aseguradora asignaba una indemnización u otra a partir del informe valorador de un profesional que ella misma pagaba. En raras ocasiones se aceptaban encargos de lesionados particulares (siempre que no afectaran a la aseguradora). En una mayoría de las ocasiones, los peritos médicos tenían suscritos contratos de exclusividad con las compañías. Entendemos perfectamente esta circunstancia desde una dinámica de mercado: la aseguradora se blindaba frente a informes valoradores de ese perito en perjuicio de ella misma; y el perito médico se garantizaba una gran cartera de expedientes que tramitar. Es lo que se llama una relación ganar-ganar donde ambas partes salen beneficiadas de esa firma.
PERITOS MÉDICOS EN FAVOR DEL ACCIDENTADO
Cuando los peritos médicos tienen que actuar en favor del accidentado, o mejor dicho, contratados de forma particular por la víctima de un accidente (ya que el informe a todo profesional de la medicina y del peritaje se va a suponer imparcial y sujeto a las evidencias) no tienen garantizado ese volumen de expedientes tan elevado y están obligados a mantener una intensa actividad en materia comercial, de comunicación y marketing. Dicho en román paladín —que se tienen que buscar ellos los clientes— mientras que en los otros casos nos los trae la aseguradora.
Por otra parte, los gabinetes médicos son conscientes de que las aseguradoras garantizan liquidez (los particulares siempre pueden ser una aventura) y el tener que buscar los expedientes nos obliga a tener una política de precios agresiva, que nos haga atractivos…
No obstante, existe un margen de mercado. Eso también hay que dejarlo claro. Trabajar al servicio del accidentado nos permite acceder a un volumen enorme de casos, no solo a los que correspondan a la aseguradora que blinda la exclusividad. Permite también competir en un ámbito donde pocos han entrado porque es un ámbito de mercado que a priori, como hemos visto, parece menos llamativo al negocio.
Y para muchos, también está la cuestión ética. Valorar al servicio de la víctima y no del accidentado también puede ser visto por muchos peritos médicos como ponerse del lado del más débil aunque como siempre decimos, la labor del perito será encontrar la verdad (médica en este caso) objetiva y presentarla en su informe.
Lo que sí es cierto, es que cuando de reclamar una indemnización por daños personales se trata, o lo que es lo mismo, por las lesiones sufridas en un accidente, la documentación recopilada, los informes médicos que podamos aportar sobre nuestra funcionalidad serán determinantes para establecer las cantidades indemnizatorias a las que tenemos derecho e incluso si tenemos o no derecho a recibirla.
Por nuestra parte, el consejo que siempre damos es que tras un accidente, acuda inmediatamente a un servicio médico que elabore un informe de lesiones. No deje pasar más de 72 horas, es vital para el transcurso de la posterior reclamación indemnizatoria. Insista en que ese parte de urgencias sea exhaustivo. Debe reconocer no solo las dolencias inmediatas sino aquellas que se pueden manifestar en las horas siguientes. Acompañar ese informe de urgencias de un informe como el que le brindan los peritos médicos de Peritos Expertia puede ser determinante para contemplar todos los perjuicios y sacarlos adelante en la reclamación. Cuente con nuestro asesoramiento.
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